Mi amigo, el escritor Roberto Mario Baudi ha tenido la gentileza de enviarme dedicado su segundo libro: “Ni el yunque ni el martilloâ€, una atrapante novela donde recrea aspectos de su vida sobretodo relacionados con sus ideas polÃticas y con muchas anécdotas.
En la amable dedicatoria el licenciado Baudi generosamente escribe “Para el amigo Jorge Castañeda con afectoâ€.
He espigado sus amenas páginas con gran deleite e interés, sabiendo que tiene mucho de autobiografÃa, con experiencias propias de mi generación, donde las viejas utopÃas todavÃa tenÃan una vigencia liminar en los jóvenes de entonces.
En cambio ahora en estos tiempos modernos –comentábamos con el autor- la famosa y descarnada frase de Camus nos interpela pero de alguna forma nos justifica: “Somos soldados derrotados de una causa invencibleâ€.
Antes de continuar con el comentario de esta extensa novela pero de rápida lectura, yo quiero recomendar fervientemente su libro anterior editado por el FER: “El paÃs de los sudacasâ€, una semblanza de la España del destape que vio durante su estadÃa como becario en Madrid, un libro imperdible.
Roberto Baudi nació en Buenos Aires en el año 1948 y luego se radicó en la rionegrina localidad de Luis Beltrán en el Valle Medio de RÃo Negro. Es Licenciado en Historia y Profesor de Literatura. En el camino –dice- fue preceptor, profesor y director, culminando su carrera como Supervisor Regional de Enseñanza Media. Ha recibido numerosas distinciones por sus textos.
“Hace ya miles de años –escribe el autor- que a los humanos nos fascina el trabajo de los herreros, en particular la forja a la vieja usanza, batiendo el metal al rojo entre el yunque y el martillo. De esa manera se le da la forma que, una vez frÃo, adquirirá un carácter definitivo. Asà también vieron los escritores plasmarse la esencia de sus personajes, convirtiendo en un tópico el ardua rito pasaje bajo los golpes del martillo de los acontecimientos y por encima del yunque de las condiciones objetivas de la existenciaâ€
“Pero en esta novela el narrador protagonista no forja y tampoco es forjado; quizás sólo contribuye a levantar la temperatura de la fragua en aquel turbulento taller de herrerÃa polÃtica que fue la Argentina entre 1956 y 1972â€.
Los últimos capÃtulos me llegan con mucha emoción porque Baudi evoca los años trágicos y aciagos en la ciudad de BahÃa Blanca que sin saberlo compartimos y sobre los cuales yo también escribiendo una novela. Los mismos amigos, los mismos personajes siniestros, los mismos lugares: el Colegio Nacional, la Universidad Nacional del Sur y los represores recorriendo la ciudad con sus Falcon verdes.
Baudi es feliz porque puede contar esta historia y yo por poder escribir sobre su novela. Hoy con varios años más compartimos con nuestras esposas y con los invariables amigos la mesa acogedora conservando más allá de todos los desengaños los viejos sueños de un mundo mejor.
Recomiendo su lectura.
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