La Villa 7 de Marzo recordó el Combate de la BaterÃa, el primero de la Gesta de 1827
Fue el primer enfrentamiento de maragatos y brasileros, en aquel intento de invasión por parte del Imperio del Brasil.
Fue el primer enfrentamiento de maragatos y
brasileros, en aquel intento de invasión por parte del Imperio del Brasil.
Además, el lugar celebró el 29º aniversario desde la institucionalización de la
fecha.
Como ya es tradicional para esta época del año, autoridades municipales y vecinos, recordaron el 195° aniversario del Combate de la BaterÃa, que se desarrolló el 28 de febrero de 1827 en la desembocadura del rÃo Negro, en inmediaciones donde hoy se encuentra la Villa 7 de marzo.
El acto, desarrollado en el SUM de la localidad por razones climáticas estuvo encabezado por el intendente José Luis Zara y el subdelegado de la localidad, Jesús MartÃnez. Luego del izamiento de la bandera, el himno nacional y un minuto de silencio, el jefe comunal junto al presidente del Club Defensores de La Baliza, Carlos Larrañaga, presentaron ofrendas florales.
En ese marco, Leonardo Dam, del Museo Histórico Regional Emma Nozzi, Leonardo Dam, recordó el contexto histórico en el cual se produjo el combate de 1827, resaltando especialmente la participación de los nativos maragatos y hombres provenientes de distintos puntos del paÃs para defender el territorio argentino.
Por su parte, Zara destacó "cómo estos héroes defendieron su lugar, sabiendo que estaban en desigualdad de condiciones porque se enfrentaban al poderÃo brasilero".
“Por eso insto a seguir defendiendo nuestra identidad y patria, y deseos de crecimiento porque, como siempre digo, trabajando juntos dÃa tras dÃa venceremos las dificultadesâ€, destacó.
También agradeció el trabajo cotidiano de la subdelegación, en especial a los empleados municipales que allà se desempeñan y las instituciones que contribuyen al crecimiento de la localidad. Por último, junto a Larrañaga, plantó un ejemplar de Aguaribay, especie oriunda de América del Sur.
El Combate de la BaterÃa
Dado el estado de guerra existente entre los dos paÃses y el rol protagónico del fuerte del Carmen, todo buque que se acercaba a la boca del rÃo Negro era observado con sospecha en febrero de 1827..
Asà fue como el 25 de ese mes, el práctico Guillermo White divisó frente a la barra del rÃo Negro una goleta con la bandera norteamericana en el mástil que, luego de reconocer el lugar, se alejó. Dos dÃas más tarde la misma nave volvieron a divisarla, pero esta vez seguida de otras embarcaciones y enarbolando banderas blanquÃcelestes: sin dudas la intención de los invasores era ingresar al rÃo Negro pero la bravura del mar, en la ocasión, les hizo posponer la faena hasta el dÃa siguiente.
AsÃ, el 28 de febrero -alrededor de las 9- las naves pusieron proa hacia la entrada al rÃo Negro ante la mirada adusta y resuelta de los hombres en tierra.
Pero no iba a ser tan sencillo para la escuadra invasora la entrada al puerto de Patagones, ya que primero tendrÃa que vérselas con la baterÃa instalada allà por el corsario James Harris. Era esta una baterÃa a barbeta, con base de madera y compuesta por solo cuatro cañones que, orgullosa, pretendÃa impedir el ingreso de la escuadra brasileña fuertemente artillada.
La corbeta Itaparica contaba con 16 cañones y 6 carronadas. A pesar de la enorme diferencia de fuegos la baterÃa operada por artilleros y corsarios y defendida por la infanterÃa negra, se batió heroicamente disparando nutrido fuego de metralla contra los invasores, mientras los infantes descargaban sus fusiles sobre las embarcaciones que pasaban a “tiro de pistola†maniobrando sus velas.
La batalla se extenderÃa por unos instantes, ya que los invasores al pasar frente a la baterÃa, respondieron con su enorme poder de fuego silenciando a los cañones de la costa, que además habÃan agotado su escasa munición.
La historia de una esclava abusada y enamorada, en el Patagones de 1823
Dos miembros de la infanterÃa negra, cuyos nombres nunca se conocieron, y el corsario Fiori perdieron allà sus vidas, mientras que del lado brasilero, un desconocido número de tripulantes fueron alcanzados por la artillerÃa de la patria; las naves Escudero e Itaparica sufrieron algunos daños de estructura.
Un párrafo aparte merecen los negros libertos de la infanterÃa. La mayorÃa habÃa llegado a la zona en el “Lavalleja†apresado por el capitán Fourmantin en 1825, con 300 esclavos a bordo. Y es que entre las numerosas presas que llegaban a Patagones, muchas de ellas eran barcos “negrerosâ€, en su mayorÃa de bandera inglesa o portuguesa, que se dedicaban al comercio de esclavos, prohibido en nuestro paÃs desde 1813.
El último sobreviviente de este heroico grupo de infantes negros, fue don Felipe La Patria quien fuera una figura central en los actos conmemorativos del 7 de marzo, que se realizaban a fines del siglo XlX, tal como se puede apreciar en una fotografÃa atesorada por el Museo Emma Nozzi, de Patagones.
Si bien la acción militar del 28 de febrero de 1827 fue una derrota, nuestras tropas demostraron su empuje y su coraje y se retemplaron en una decisión de morir o vencer, decisión que lograrÃa la más amplia victoria una semana después.
Fuente: lanueva.com

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