Domingo, 02 de noviembre
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“El hundimiento del Belgrano fue un crimen de guerra”/Por Claudio García Editar

El 2 de mayo de 1982, a las 16,01, el Crucero “General Belgrano” de la Armada Argentina fue atacado por el submarino nuclear HMS Conqueror perteneciente a la Armada Británica.

Hace unos años entrevisté a Eduardo Behrendt, hermano de Gustavo, muerto en el hundimiento del Crucero “General Belgrano”. Su testimonio sigue teniendo vigencia al momento de conmemorar este hecho clave de la guerra de Malvinas, que además fue un “crimen de guerra” porque el ataque británico se produjo fuera de la zona de exclusión determinada unilateralmente por Gran Bretaña alrededor de las Islas Malvinas.

El 2 de mayo de 1982, a las 16,01, el Crucero “General Belgrano” de la Armada Argentina fue atacado por el submarino nuclear HMS Conqueror perteneciente a la Armada Británica. Una hora más tarde la nave e hundía en el mar austral. De los 1.093 tripulantes, sobrevivieron 770, resultaron muertos 323 soldados, de los cuales 200 tenían entre 18 y 20 años. Eduardo Behrendt mantiene en alto la memoria de aquellos argentinos héroes que perdieron su vida en el Atlántico Sur y sigue considerando que la acción de recuperar las islas fue legítima más allá que la haya llevado adelante una dictadura militar.

CG: ¿Pudo reconstruir lo que vivió su hermano en el hundimiento del Belgrano?

EB: Lo pude reconstruir. Mi hermano era cabo segundo electricista. Si bien tenía 18 años al momento de morir, le faltaban 11 días para cumplir los 19. Había hecho el curso en la Escuela Mecánica de la Armada tres años y a los 18 egresó. El destino en enero del ’82 fue el Belgrano, a las puertas de la guerra, algo que en ese momento ni se imaginaba. Hay que recordar que en esos años del gobierno militar, una salida laboral para los chicos jóvenes era engancharse en las Fuerzas Armadas, aunque sea para el primer contrato que daban de tres o cuatro años. Era una salida laboral para muchos, más allá de la vocación. A mi hermano al principio le gustó y después si no veía posibilidad de un curso para ser oficial, iba a dejar el arma. Los integrantes de mi familia en general, ya los ancestros, eran comerciantes, mercaderes antiguamente, en cambio la vida militar era distinta. Mi hermano partió para el Atlántico Sur con el Belgrano el 13 de abril. Hicieron puerto la última vez en Ushuaia, el 17 de abril, y de ahí ya zarparon al teatro de operaciones.

CG: ¿No salieron con el Belgrano para el Atlántico Sur antes del 2 de abril?

EB: No. Porque desde el verano que el Belgrano tenía problemas.

CG: Era una nave muy antigüa, de la Segunda Guerra Mundial.

EB: Era antigüa es verdad, pero había sido modernizada. Tenía turbinas nuevas, armas bastantes sofisticadas, tenía un gran poder de fuego. Pero también tenía sus problemas. Desde que se desató la guerra hasta el 13 de abril mi hermano iba y venía. Se despedía y después volvía porque el buque tenía problemas mecánicos de distinta índole y no zarpaba. Hasta que zarpó el 13, el 17 de abril tocó Ushuaia y de allí se involucró más que nada rodeando el teatro  de operaciones. Tengamos en cuenta que luchamos con una gran potencia mundial…

CG: Yo diría que casi con dos grandes potencias, teniendo en cuenta la asistencia y ayuda concreta de los Estados Unidos.

EB: Sí, contra una potencia y media y algunas otras ayuditas.

CG: Sí, como la de Francia, que dio información de los códigos de los aviones Mirage, y la de inteligencia que suministró Chile.

EB: Sí. Por eso fue meritorio en este contexto lo que hicieron nuestros chicos allá.

CG: ¿Sigue considerando que el hundimiento del Belgrano como un crimen de guerra?

EB: Totalmente. El Belgrano es un crimen de guerra. Primero porque estaba fuera del área unilateral que designó Gran Bretaña, que primero fueron 160 millas y después 200 millas náuticas. El Belgrano estaba entre las 240 y 250 millas náuticas.

CG: ¿En el sureste del teatro de operaciones?

EB: Sí, para hacerse una idea, al sureste de la Isla de los Estados, está más cerca de allí que de las Islas Malvinas. Es un crimen de guerra totalmente. Aparte se hizo en medio de negociaciones de paz que ya estaban casi acordadas.

CG: Justamente la orden de Margaret Thatcher fue hundir el Belgrano para romper esas negociaciones porque ella políticamente necesitaba una victoria militar, más allá de mantener el enclave de Malvinas para las grandes potencias en un área tan importante geopolíticamente como el Atlántico Sur.

EB: Sí, lo hizo para tener rédito electoral en las próximas contiendas que tenía, porque era un gobierno que andaba mal. Son opiniones, pero lo real es el hundimiento del Belgrano fuera de la zona del teatro operacional que fijaron ellos y muy arteramente, lo hundió un submarino nuclear a pocas millas del continente. Tiene varias condenas internacionales.

Un crimen de guerra para romper las negociaciones de paz

El hundimiento del General Belgrano es el único caso en la historia en que un submarino nuclear destruye una embarcación de guerra. Fue también un “crimen de guerra”, porque el crucero estaba fuera de las doscientas millas de la zona de exclusión impuesta por Gran Bretaña y además se dirigía al puerto. Por otra parte, no se dio aviso previo al lanzamiento de los torpedos, ni ultimátum, no se consideró que el buque no entrañaba peligro militar, el Submarino H.M.S “Conqueror” abandonó la zona sin intentar el rescate de los náufragos, ni avisar a los buques argentinos que podían asistirlos, ni a organismos humanitarios como la Cruz  Roja Internacional.  Solamente se alejó de la zona a toda máquina.

Los propios británicos aceptan que la decisión del hundimiento estuvo más ligada a una cuestión política que a una necesidad militar: la primer ministro británica  necesitaba obstaculizar las negociaciones de paz, ya que la Junta Militar, habría estado deliberando seriamente la aceptación de la propuesta del Presidente Belaunde Terry, mas aun, según fuentes bien informadas, el gobierno inglés al enterarse de la aceptación de la paz por parte de la Junta Militar, habría decidido su hundimiento con la finalidad de prolongar la guerra. Sobre la necesidad política de Margaret Thatcher, se sumaba que la marina británica necesitaba además la guerra para revertir definitivamente el plan de achicamiento de su flota que estaba previsto antes del 2 de abril.

Hay que recordar que el crucero fue norteamericano. Había sido botado el 12 de marzo de 1938 y terminado el 18 de marzo de 1939 en los astilleros de New York S.B. Corp Camdem. De 1941 a 1946 operó desde Pearl Harbor , al NE de la Isla Ford. El 7 de diciembre de 1941 salió indemne de las bombas del ataque japonés de ese día. En 1951 fue adquirido por el Gobierno Argentino, a los EE.UU. por $ 7.800.000.  





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