He cruzado las grandes aguas/Por Jorge Castañeda
Hoy puedo decir que he cruzado las grandes aguas de la enfermedad.
Hoy puedo decir que he cruzado las grandes aguas de la enfermedad. A pesar de saber que los seres humanos estamos sometidos a las vicisitudes que la vida nos depara en forma cotidiana no estaba preparado para recibir la noticia que un tumor maligno habÃa ocupado casi enteramente mi riñón derecho. Y todo por un examen de rutina. Los análisis de laboratorio con sus respectivas ecografÃas y tomografÃas eran inapelables y los facultativos por unanimidad recomendaron sin pérdida de tiempo la extracción total del mismo. Y en esas situaciones uno se siente desolado en un primer momento. Pero yo, como cristiano, sabÃa que la vida está en las manos de Dios y que nuestros dÃas sobre esta tierra están contados. Y uno, después de los primeros dÃas se resigna y acepta las cosas como son porque sabemos que somos mortales y falibles.
Es asà que tuve que realizar varios viajes desde Las Grutas hacia Viedma para estudios y consultas y sobre todo lo más engorroso: los trámites de la obra social, en mi caso el IPROSS.
Se dice que el hombre propone y Dios dispone, y asà fue en mi caso: pensaba retornar después de las vacaciones a Valcheta, pero recién pude hacerlo en el dÃa de hoy.
La otra noticia que recibà es que se necesitaba una doble cirugÃa porque tenÃa una hernia de ombligo. Y que revestirÃa cierto riesgo.
Resumiendo me operaron el 18 Abril y la operación fue exitosa confirmada por los análisis de laboratorio de patologÃa.
Ahora, ya sin los puntos, con solo riñón y con el alta médica debo cuidarme, tomar mucha agua y entre otras cosas decirle adiós a la sal, las gaseosas y las aguas saborizadas.
Los dos dÃas en la Unidad de Terapia Intensiva en la ClÃnica Viedma me dieron el tiempo suficiente para hacer un balance de mi vida y de las cosas que me quedan por hacer, por supuesto escribir. También agradecer a Dios porque como aquel rey EzequÃas al que le prolongó la vida por quince años más. No sé si será mi caso porque ya tengo 71. Hoy puedo contar mi testimonio.
Uno también se da cuenta cuales son las cosas verdaderamente importantes: la familia, los afectos, los amigos y los pequeños goces cotidianos: ver un nuevo dÃa, un jardÃn, las olas del mar. Y tratar de hacer el bien lo más que se pueda. En sÃntesis: amar más.
Y ahora los agradecimientos: a Irma mi compañera, a MarÃa Elena, Jorgito, Manuel, Ester, mis nietos y nietas, a Muna la última que es nuestra mayor alegrÃa, a mi hermana Elvira, a mi yerno Adrián David Marzo, a nuestros familiares, mis sobrinas nietas que donaron sangre, a los amigos que me dieron fuerza y aliento, a las oraciones de mis hermanos evangélicos y católicos, a los pastores Orlando Burgos y Ofelia Báez, José Orellana y Nidia Cattáneo, a las iglesias de España, a los empleados del IPROSS de Las Grutas, al legislador Alejandro Marinao, a la intendente de Valcheta Yamila Direne, a mi jefe directo en el Concejo Deliberante y Vice intendente Juan Pablo Montelpare y a los señores concejales, al Toli Tolosa, Eduardo Reyes, Jorge Ãncola y Daniel Lorca, entre otros por preocuparse tanto, al Doctor y amigo Eduardo Molina que detectó a tiempo la dolencia, al Doctor Favio Daniel Serra, al cirujano Dr. Gastón Biagione por la cirugÃa mayor y al Dr. Battcock por la operación de hernia, a las enfermeras de terapia intensiva de la ClÃnica Viedma que son excelentes. Y seguro sepan perdonar las omisiones. Muchos amigos se pusieron a disposición para los viajes y lo que necesite. Como la noticia salió en los medios muchos se hicieron presentes en la ClÃnica. A todos un gran abrazo y agradecimiento.
Y como le decÃa el salmista David a Dios: “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque Tú estás conmigoâ€.

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