Lunes, 03 de noviembre
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Claudio García: “Con el neoliberalismo la democracia atraviesa numerosas acechanzas y el periodismo una fuerte problemática y crisis”

Se realizó en el Concejo Deliberante de Viedma el “Foro Patagónico Comunicación y Derechos”, organizado por el Sindicato de Trabajadores de Prensa de Viedma, en conjunto con la FATPREN.

Se realizó en el Concejo Deliberante de Viedma el “Foro Patagónico Comunicación y Derechos”, organizado  por el Sindicato de Trabajadores de Prensa de Viedma, en conjunto con la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) Estuvo presente la secretaria general nacional, Carla Gaudensi. Reproducimos la exposición de Claudio García en el panel sobre “Democracia, periodismo y medios de comunicación” que compartió con Carlos Espinosa y Estela Jorquera, los tres periodistas de larga trayectoria en Viedma:

“No tengo hoy por hoy una visión muy alentadora del presente y el futuro. La democracia acá, al cumplirse en diciembre ya 40 años después de superar el periodo más negro vivido por los argentinos con la dictadura, con sus secuelas económicas y del terrorismo de estado, atraviesa numerosas acechanzas. Procesos regresivos que también están presentes en el mundo.  Y el periodismo, que debería ser uno de los ejes para mejorar la calidad democrática, por las mismas razones atraviesa una fuerte problemática y crisis.

En primer lugar, el neoliberalismo está en la base de los retrocesos en la estructura económica del país y en la calidad de vida de los argentinos. Este proceso de financiarización de la economía y menor presencia del estado en relación al mercado –aunque fortalecimiento del estado represor- empezó en la dictadura con Martínez de Hoz y tuvo continuidad en democracia fundamentalmente con Menem y Macri. Pero además vivimos una segunda etapa de neoliberalismo donde ya no interesa siquiera mantener las formalidades democráticas, de allí lo que conocemos acá y en otros países latinoamericanos con la denominación de lawfare, la cooptación del poder judicial, de parte del poder político, más la herramienta de los medios de comunicación monopólicos, que ya están entrelazados con el poder económico, una vulneración de la legalidad, de los derechos y principios democráticos para facilitar la mercantilización de lo público, de los recursos y bienes comunes y acallar y perseguir a los sectores que se oponen. Estas acechanzas están hoy y en la política se reflejan con el crecimiento de la derecha y el surgimiento de la ultraderecha que también quieren hacer retroceder, con un fuerte sesgo conservador y reaccionario, los avances que hubo, especialmente en los años del kirchnerismo, en la ampliación de derechos.

He mencionado que la concentración mediática, que es una de las principales herramientas del neoliberalismo para la sujeción de las conciencias y que el propio pueblo opine  y vote en contra de sus propios intereses, es uno de los problemas que indudablemente afecta al periodismo junto con las nuevas tecnologías, las redes sociales, la inteligencia artificial, proceso que está en la base además de una mayor precarización laboral en nuestro sector, y lo que algunos periodistas han definido como crisis ética, que se relaciona a cómo hacíamos antes periodismo y cómo se hace ahora.

Siempre había en los medios líneas editoriales, pero al concentrarse por una parte los medios, entrelazados como dije con el poder económico, lo que es muy claro en nuestro país, medios donde ya ni siquiera los dueños surgen de alguna vocación periodística, sino que son empresarios que se hacen de herramientas para imponer intereses económicos presionando al poder estatal y político. Y así como al neoliberalismo ya ni siquiera le interesa las formalidades democráticas, a los grandes medios tampoco le interesa la verdad, que antes era el insumo central de nuestro trabajo. La derrota que tuvimos con la ley de medios, ya que justamente ese mismo mecanismo del lawfare impidió su implementación, sesgó la posibilidad de revertir los monopolios, y por el otro lado, si bien es cierto que hay una multiplicidad de medios chicos, de emisoras, de páginas digitales dispersas en todo el país, justamente por su dimensión dependen mucho de pautas publicitarias que también acotan la libertad de expresión y opinión, más allá de las experiencias de medios que se bancan con el aporte solidario de los particulares, y medios comunitarios y cooperativos.

Como han escrito muchos filósofos y pensadores en estos años, estamos atrapados en un orden digital que enajena cada vez más a las personas y junto con los medios concentrados trastoca los sentidos que tenían ciertas palabras, nos somete a una vigilancia y a un control crecientes, se imponen como verdades lo que son mentiras, los llamados fake news, es decir, se pone fin claramente a la era de la verdad. La democracia y el periodismo se ven sometidos por esta realidad.

Pese a esta complejidad y esta problemática, no voy a dejar sólo un panorama pesimista, así como creo que la praxis de los pueblos puede hacer retroceder al poder económico para iniciar una etapa de reivindicación de los intereses populares, la profesión tendrá futuro si también aprovecha las oportunidades que haya para insistir con la verdad, apegarse a la contundencia de los hechos, para una práctica ética, digna, que no degrade los contenidos, que se aprovechen las oportunidades tecnológicas para hacer productos periodísticos alternativos de calidad, de hecho los hay que como dije funcionan con el sostén de los lectores o los oyentes, hay que construir credibilidad contra el fenómeno de la posverdad  y  resguardar a los gremios y la legislación laboral para pelear contra la precarización”.

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