Martes, 28 de octubre
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Festival de Encuestas en la Patagonia /Por Ricardo Vignoni

En los últimos tiempos, la Patagonia ha sido escenario de un auténtico festival de encuestas, con consultoras de renombre y otras menos conocidas inundando el panorama político con sus sondeos

En los últimos tiempos, la Patagonia ha sido escenario de un auténtico festival de encuestas, con consultoras de renombre y otras menos conocidas inundando el panorama político con sus sondeos. Sin embargo, la mayoría de estas encuestas no puede respaldar sus números con resultados electorales previos.

Un caso emblemático es el de la consultora Sullivan Córdoba, cuyo pronóstico para las elecciones a gobernador de Río Negro en 2023 estuvo lejos de la realidad. Alberto Weretilneck, a quien la consultora oficializó como candidato, obtuvo un 43% de los votos, mientras que Sullivan Córdoba había predicho un 59%, un error de 16 puntos porcentuales. Este descalabro ilustra la falta de precisión que puede tener una encuestadora, incluso cuando está vinculada oficialmente a un candidato.

La proliferación de encuestas online ha exacerbado el problema. Estos sondeos, a menudo lanzados sin control ni supervisión adecuada, son susceptibles a manipulaciones, permitiendo que una misma persona participe varias veces. Esta vulnerabilidad compromete seriamente la validez de los resultados y, sin embargo, estos números "al boleo" siguen circulando sin mayor escrutinio.

Otro aspecto preocupante es la falta de transparencia en cuanto al margen de error de estas encuestas. Muchas consultoras ocultan este dato crucial, que típicamente varía entre +/- 3 y 4 puntos porcentuales. Esta variabilidad puede traducirse en una oscilación de hasta 8 puntos en los resultados finales, una diferencia que puede cambiar radicalmente la interpretación de una encuesta.

La prensa, por su parte, parece estar más interesada en publicar cualquier encuesta que les llegue, sin importar su procedencia o su grado de confiabilidad. Los medios buscan el “chiche de encuestas”, pero en el proceso, contribuyen a la desinformación y a la creación de una percepción pública distorsionada.

Es necesario recordar que los sondeos presenciales, han demostrado ser mucho más precisos que sus contrapartes online. La calidad de los datos obtenidos a través de encuestas cara a cara es significativamente superior, y sus resultados suelen estar más cerca de reflejar la realidad electoral.

En conclusión, mientras el festival de encuestas sigue su curso en la Patagonia, es crucial que tanto los medios como el público adopten una postura crítica ante estos sondeos. La fiabilidad y la precisión deben ser los pilares sobre los cuales se sustenta cualquier predicción electoral. Los sondeos presenciales se presentan como los más confiables permitiendo un riguroso análisis y una transparencia total, para no convertir a las encuestas en un espejismo en el desierto informativo.


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