EN LA REGIÓN SUR ELENGHASEN PETRIFICA A LA GENTE/Por Jorge Castañeda
La cabeza barbada y la mujer con su hijo hechos de piedra.
La cabeza barbada y la mujer
con su hijo hechos de piedra.
La región sur de la provincia de RÃo Negro es una comarca barrida por grandes vientos que al lado de las vÃas férreas va hilvanando un puñado de pueblos cuyos pobladores resisten con paciencia todas las vicisitudes que la vida cotidiana impone.
Pero podemos afirmar que ellos son la reserva moral de de todo un paÃs porque viviendo en esos olvidados parajes tienen de su Patria “una idea de limpia grandeza†al decir del escritor Eduardo Mallea.
Por eso, en su imaginario, conviven con mitos y leyendas, mediante las cuales tratan de encontrar una explicación a los viejos interrogantes de la vida.
Entre ellos, a los mitos me refiero está el de Elenghasen, ese ser terrorÃfico del panteón tehuelche (o el collón entre los mapuches) que tiene el poder de petrificar niños, objetos y personas a su antojo. SerÃa asimismo el padre de las pinturas rupestres y los objetos lÃticos como puntas de flecha, trahuiles, raspadores, morteros y otros utensilios similares.
Si el viajero atento y curioso cuando transita por la meseta de Somuncurá o la ruta 23, observara con detenimiento el paisaje que lo rodea verÃa cosas sorprendentes. En cambio, para el timorato que solamente mira sin ver al decir de Atahualpa Yupanqui “la tierra es tierra nomásâ€.
Allà arriba en la azulada extensión de la gran meseta de Somuncurá, esculpida entre pedreros, tunales y coirones, mirando hierática el horizonte donde pastan la guanacada y los pilquines merodean entre las rocas, esta ella: la cabeza barbada de Somuncurá.
¿Qué raro misterio la rodea? ¿Qué mano genial la dejó esculpida para toda la eternidad? ¿O acaso –dicen los más crédulos- era la testa de un criancero que se burló a risotadas de Elenghasen y por eso la deidad lo dejó tallado para siempre?
Y si el viandante acaso recorre la Ruta Nacional N° 23, allà sobre la margen derecha, a 15 kilómetros de Pilcaniyeu, encontrará estupefacto a una madre con su hijo alzado convertidos ambos literalmente en piedra. ¿Los habrá secuestrado Elenghasen para dejarlos allà para siempre como testimonio de su fantástico poder?
Si, Atahualpa, “para el que mira sin ver la tierra es tierra nomásâ€.

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