BICHITO DE LUZ/Por Jorge Castañeda
“Bichito de luz / dame algo de vos / que ando medio apagau / ando medio apagau. .."
“Bichito de luz / dame algo de
vos / que ando medio apagau / ando medio apagau. Mi mujer salió / yo ni sé pa dónde. / Ando
desconfiao, pa mÃ… / Pa mà que algo esconde. / Se anda perfumando / y se pone lindaâ€.
Y el gran poeta Osiris RodrÃguez Castillo en “Pena del vidalitero†también las glosa: “Cómo entonces, Señor, conformarme / con los bichos de luz de tus llanuras. / A veces, puesto en hombre y de a caballo / blasfemé con la voz de mi amargura. / Y a veces, en gurÃ, maté luciérnagas / para saber si es mi luz esa que ocultan. Tengo entonces las manos luminosas / de asesinar la candidez sin culpas. / Ya soy más bien que un hombre, una luz mala. / Más que una concreción soy una angustiaâ€.
¿Quién no recuerda de niño jugar de nochecita con las luciérnagas, esos llamativos bichitos de luz?
Recuerdo con cierta nostalgia cuando abundaban en el barrio La Falda de BahÃa Blanca y alegraban nuestros juegos de niño. Y cuando en las vacaciones de verano con mis padres y mi hermano viajábamos a Valcheta, verlas en la ribera del arroyo era una verdadera fiesta. Y sabÃan acompañarse con el croar de las ranas y los sapos. Hoy, para desgracia mÃa ya no se ven ni unas ni otras.
“Cien farolitos volando†canta Daniel Toro. ¡Qué lindo era ver a esas cajitas de luz alumbrando las cálidas noches estivales!
Al respecto el cantautor y amigo de Lamarque Naldo Pérez escribió una hermosa milonga llamada justamente “Bichito de luz†de emotiva letra teñida de nostalgia, cuando solÃan abundar a las orillas de RÃo Negro. Seguramente –creemos- ya han desaparecido debido al uso indiscriminado de los productos quÃmicos. Y glosa la canción de Naldo:
“La casa del abuelo de barro y adobes, muy cerca del rÃo, detrás de unos montes y en noches oscuras, antes que la luna pronuncie su nombre, ellos eran el centro, un circo ambulante lleno de colores. Verdecitos claros, blancos, amarillos y unos celestinos, con tantos fulgores ponÃas las manos juntito a la tierra o en los remerillos que habÃa a montones, y ellos se subÃan sobre tu pullover, por las alpargatas o los pantalones y si te miraban desde la distancia parecÃas un hombre de otro planeta, que recién bajaba de un ovni, jugábamos tanto, llenos de inocencia, ternura y cariño, después ellos solos se iban perdiendo juntito al camino. Bichito de luz, en dónde estarás / bichito de luz, que no te veo más. / Recuerdo mi ayer con tanta alegrÃa / un circo ambulante / poema en la noche / tu luz encendida. Bichito de luz, dónde te habrás / ido, en qué manos gordas, / o en que piececitos andará tu encanto / de ternura y brilloâ€.
Según la National Geographic “las luciérnagas son insectos muy conocidos, pero poca gente sabe que son en realidad escarabajos, miembros noctámbulos de la familia de los lampÃrides. La mayorÃa de las luciérnagas tienen alas, las que las distingue de otros insectos luminiscentes de la misma familia, conocidos comúnmente como gusanos de luzâ€.
“A las luciérnagas les encanta la humedad y por ello se encuentran a menudo en diversos entornos cálidos y en regiones más templadas, y son una presencia familiar en las noches de verano. En zonas más secas se pueden encontrar en las proximidades de áreas húmedas o pantanosas que retienen la humedadâ€.
“Las luz de la luciérnaga –acota- es por lo general intermitente, y brilla de un modo especÃfico en cada especie. Cada forma de brillar es una señal óptica que ayuda a las luciérnagas a encontrar posibles parejas. Los cientÃficos no saben exactamente como regulan los insectos el proceso de encender y apagar la luzâ€.
Yo quisiera ver otra vez a los bichitos de luz en las tardes valcheteras para poder enseñárselas a mi nieta, pero es en vano. Las cosas lindas ya no saben de volver.

Comentarios
¡Sin comentarios aún!
Se el primero en comentar este artículo.
Deja tu comentario