Escapada a un pueblo patagónico en RÃo Negro, con paisajes únicos y una gastronomÃa exquisita
Colonia Suiza ofrece paisajes imponentes, caminatas hacia lagunas y cerros, y una gastronomÃa única con el tradicional curanto patagónico.
Colonia Suiza ofrece
paisajes imponentes, caminatas hacia lagunas y cerros, y una gastronomÃa única
con el tradicional curanto patagónico.
Colonia Suiza, ubicada a solo 25 kilómetros de San Carlos de Bariloche, en la provincia de RÃo Negro, es un destino ideal para quienes buscan una escapada llena de naturaleza y tradiciones. Esta pequeña localidad, rodeado por las montañas del Cerro López y el Cerro Goye, ofrece una combinación perfecta entre paisajes espectaculares y una gastronomÃa que refleja la historia y cultura de la región.
En 1895 se creó una colonia de suizos, a partir de la migración apoyada por el Estado Nacional. Los hijos de Henriette Goye-Borgeat y Joseph Goye, asentados en Victoria, Chile, fueron los primeros que se establecieron en la región. Enclavada en un entorno natural único, Colonia Suiza te invita a disfrutar de caminatas y cabalgatas que recorren senderos rodeados de bosques autóctonos y lagunas de aguas cristalinas. Entre las excursiones más recomendadas se destacan las visitas a la Laguna Negra, un espejo de agua ubicado a los pies del Cerro Negro, y los senderos que conducen al Refugio Jakob. LEER MÃS â–º Escapada a un desconocido pueblo de Buenos Aires con el mejor sandwich de milanesa del paÃs
Uno de los principales atractivos de esta localidad es su gastronomÃa, que reúne tanto a locales como a turistas los fines de semana. El pueblo es conocido por su oferta gastronómica en el patio de comidas del pueblo, donde es posible degustar platos como cordero patagónico, empanadas caseras y postres elaborados con frutos rojos de la región. LEER MÃS â–º Escapada a puro descanso a una ciudad de Entre RÃos, rodeado de paisajes y atractivos
Sin embargo, el plato más esperado es el famoso curanto, una tradición gastronómica que se prepara enterrando carnes, verduras y papas en un hoyo con piedras calientes, cubiertas con hojas y tierra. El resultado es una cocción lenta que resalta los sabores intensos y auténticos de cada ingrediente.
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