Los trabajadores de taxis requirieron a la municipalidad “como ayuda solidaria de emergencia” por el “deterioro notable en nuestros ingresos diarios” ser incluidos en la tarjeta alimentaria PROA.

También  la firma de un convenio entre municipio y almacenes de barrios “para la compra exclusiva de alimentos, por la suma de $3000, ya sea a través de una nueva tarjeta o para mayor practicidad y dinamismo, un bono de compra por ese monto”. Indicaron que esta opción “es interesante no solo por la ayuda a nuestro sector, sino que trae aparejado un pequeño plus que debe encontrarse en el impulso que dará a la activación del consumo por ser un sistema que beneficiará tanto al comprador como al vendedor”.

Solicitaron además se exima de pago hasta el mes de febrero inclusive dos gastos puntuales que hacen al funcionamiento del servicio y al trabajador como son la VTV y la renovación del carnet de conducir.

Indicó que para acceder a estas peticiones “nos encontramos realizando un registro de trabajadores, el cual incluye junto a la identidad de cada uno y sus datos, el número de licencia del vehículo en el cual desempeñan su labor, para que el municipio tenga mayores precisiones para controlar en caso de la adjudicación de los beneficios solicitados, y además servirá para cualquier otra situación a resolver en torno a este servicio de transporte en un futuro”.

Los trabajadores de taxis explicaron que “hemos acudido a este pedido, no por falta de trabajo que en teoría lo tenemos,  pero si por la ausencia en la práctica que sucede cuando el taxista no hace los viajes necesario para cubrir el día y cumplir con el objetivo, tampoco por falta de voluntad y esfuerzo, el cual hemos agotado y seguiremos haciéndolo, trabajando 12 o más horas diarias, sino que hemos tomado esta decisión por motivos que no lo sorprenderán, porque nadie escapa a la realidad de la crisis transversal que este imponderable mundial  ha traído sin que nadie sepa con certezas cuándo cesará”.