La colección de libros dedicados por sus autores ya sobrepasa los mil ejemplares. La gran mayoría de temática patagónica. Sus autores son mis amigos. Vienen viajeros desde lejanos lugares buscando bibliografía y yo me siento feliz por eso.

En el reciente XII Encuentro de Escritores en Ingeniero Jacobacci pude apreciar cuánto han trabajado mis colegas durante estos tiempos de pandemia. Cada nuevo libro es una alegría como ver una pradera. Contribuyen a conformar nuestra identidad rionegrina y patagónica.

Me han honrado con su amistad, su respeto y sus afectos. Pero no quiero dejar de mencionar a los siguientes ejemplares que generosamente me obsequiaron y dedicaron.

El arquitecto y escritor Rubén E. Cabo me regaló su libro “El misterio de los dos paradigmas” y, ¡qué sorpresa! Está ambientado en mi querido pueblo de Valcheta. Así con lo expresado por sus dos personajes centrales es un viaje por lugares y afectos por mí tan conocidos y queridos: La panadería de Alí Mortada, el padre Jesús Alegría, el padre Rafael Salam, las escuelas primaria y secundaria. En fín, de amena lectura es una pincelada de Valcheta.

Luego mi amigo de muchos años don Juan Morales Figueroa, me obsequió dedicado su sentido y hermoso “Patagonia… no crean que está dormida”. Hombre conocedor del campo y sus faenas, autor de numerosas letras de canciones, conferencista. “Y cuando el hombre madura/ de a poco va comprendiendo/ se da cuenta que hubo otros/ que antes hicieron enero/ y recoge esas verdades/ pa guardarlas bien adentro/ y luego parirlas de a poco/ pa que las escuche el pueblo”. Tenemos con Juan una larga amistad de muchos años, de amigos comunes y de sueños compartidos.

También traje en mi maleta otro libro esperado que viene en una hermosa y cuidada edición. Es de mi querida amiga Ester Faride Matar y se llama “Aisha”, su segunda novela (los de poesía y de relatos los tengo todos). Como su novela anterior estoy seguro que será muy bien recibido, porque la pluma de Ester es amena, cuidada y la trama impecable. Gracias por la amable dedicatoria y por las fotos que me tomaste en el Encuentro.

Este otro libro me fue entregado durante el Encuentro porque su autor no pudo llegar este año. Sin ser niño aprendí mucho de “La lección de los peces”, que así se llama. Es un libro del género de literatura infantil  que tanta falta hace. Se trata de doce cuentos con variadas ideas y argumentos, acompañado, no podía ser de otra forma, por bellas ilustraciones de Simón Salamina. El dibujo de tapa es tan hermoso como su contenido.

Y hay más que seguro han de merecer otro comentario “Buscando a papá” del arquitecto y amigo Juan Serenellini, en el que se cuenta historia para llorar, porque toca un tema tan común a todos como es la figura del padre. Estoy impaciente por leer su “Memorias de vidas pasadas”, me está esperando.

En fín salí de Jacobacci lleno de libros, de afectos y de magia. Puedo afirmar que la literatura, goza de buena salud.