La Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC) declaró recientemente el estado de emergencia hídrica para a las provincias de Neuquén, Río Negro y sur de la Provincia de Buenos Aires. El titular del Departamento Provincial de Aguas (DPA), Fernando Curetti, señaló que “esta declaración le permite al organismo contar con una herramienta para manejar los caudales y tener un mayor control sobre las represas”.

Dijo que esto implica “periodizar los usos en función de lo que fija la ley y las distintas normas de manejo de agua, es decir, primero la seguridad, segundo el consumo humano, tercero el riego y cuarto la generación de energía”. “De esta manera la AIC definirá cuales son los caudales aguas abajo”, enfatizó.

El organismo regional precisó que “para el próximo periodo hidrológico resulta prudente plantear la continuidad de la sequía, también que en el caso del río Neuquén, los afluentes naturales alcanzan mínimos históricos”.

“La bajante afectará la disponibilidad de agua, con consecuencias directas en el medioambiente, asociadas a las dinámicas naturales propias de una sequía. Se lo comunicamos a los organismos nacionales y provinciales correspondientes para trabajar en conjunto y mitigar, en la medida de lo posible, estos efectos adversos”, señaló el presidente del Comité Ejecutivo de la AIC, Javier Reyes.

Indicó que la medida limitará la operación de los embalses, con el objetivo de garantizar la disponibilidad de agua en las zonas afectadas.

Fernando Curetti, señaló que “la situación viene siendo complicada hace más de diez años y los pronósticos lo que plantean es que esta situación es de sequía, que los caudales están muy por abajo de los normales o medios, por eso la AIC sacó esta declaración”.

Al consultársele que si continúa o se profundiza la crisis hídrica esto puede derivar en un recorte de la energía que se suministra a los grandes centros urbanos, dijo, en declaraciones a Radio Nativa, que “hay que ver cómo podemos ir manejando esto en la medida de lo posible y ser racionales, no tomar medidas extremas; puede haber otras alternativas pero son más complejas por los costos y más nocivas para el ambiente como las termoeléctricas”.

Mencionó que se aborda además un uso más eficiente del agua para riego y en el caso de la provisión al sistema que alimenta al Alto Valle desde el río Neuquén, que apenas hoy tiene un caudal de 28 m3 por segundo, se analiza reforzar la provisión del líquido vital a esta amplia zona productiva que se extiende de Cipolletti a Chichinales con el río Negro en algunos puntos. Esto se anbaliza implementarlo recién para la próxima temporada, ya que es factible.

Dijo que en principio “se trata de resguardar la mayor cantidad de agua posible, ni bien termine la temporada de riego, se restringen al máximo los efluentes de El Chañar en el caso del río Neuquén y, en el caso del Limay, estamos en este momento minimizando los caudales para hacer un ahorro ni bien termine un nuevo ciclo de riego”. Dijo que se está analizando con los consorcios poder cerrar la temporada entre el 15 de abril y el 1 de mayo, previendo adelantar un poco respecto a otros años.

“Preocupados y ocupados”

Fernando Curetti, señaló que “estamos preocupados y ocupados” por la crisis hídrica, recordando que desde el inicio de su gestión la gobernadora Arabela Carreras puso este tema como prioritario en función de “tomar medidas de mitigación y adaptación a esta situación de cambio climático”.

Mencionó en diálogo con APP que “a no es una cuestión que se pueda discutir si existe o no es existe o si es una situación cíclica, sino que ya está demostrado que los efectos de cambio climático están en todo el mundo y, puntualmente, en la gestión del recurso hídrico está marcada la disminución de los caudales en los últimos 10 o 12 años”.

En cuanto a los programas que se trabajan con distintos organismos, explicó que en función que el principal uso del agua es para la producción, ejemplificando que “el IDEVI consume 22 metros cúbicos por segundo y el Alto Valle 72 metros cúbicos por segundo” y por eso “allí estamos poniendo el foco” apuntando “a hacer más eficiente el uso del recurso”, especialmente “dentro de los predios”. Dijo que desde hace varios meses se han venido haciendo distintas experiencias en este sentido.

Subrayó que se trata para los propios productores “un cambio cultural”, ya que “veníamos acostumbrados a regar con mucha agua, como si fuera un recurso que sobraba; hay que cambiar el paradigma, regando lo mismo pero con menos agua”.

Dijo que ese cambio tiene que ver con ir reemplazando el riego por manto, por inundación, por otras alternativas más eficaces, como el riego por surco, y en cuanto al riego por goteo o presurizado que sería lo más óptimo también hay que considerar el gasto energético. “Hay que ponderar y ser prudentes en este sentido”, aseveró.

Reconoció que los cambios culturales son lentos, no se da de un día para el otro, no se pueden dar plazo, pero se trabaja fuertemente con las organizaciones de los productores y el INTA.

Expresó finalmente que por parte del estado se pondrán los recursos para hacer más eficientes los usos del recurso, en algunos casos gestionando los financiamientos.

Fuente: Agencia APP
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