Mientras el Gobierno empezó a “mandar frutaâ€, los productores protestaron regalándola en Plaza de Mayo
El Frutazo tuvo un relativo éxito porque cumplió con el objetivo de sus organizadores
No vamos a contar en esta nota qué sucedió en el Frutazo, la
protesta que los productores de dos economÃas regionales emblemáticas (la de
las peras y manzanas en el Alto Valle Patagónico y la de los cÃtricos dulces en
la Mesopotamia) intentaron sensibilizar a la opinión pública de Buenos Aires
sobre su tragedia cotidiana: desde hace varias campañas, lo que cobran por la
fruta no alcanza a cubrir los costos de producción.
El Frutazo tuvo un relativo éxito porque cumplió con el objetivo de sus organizadores. Sin que se colara demasiado la polÃtica partidaria, los productores trajeron al centro porteño unas 35 toneladas de sus frutas para regalarla a la gente que la necesitara. Una larguÃsima fila de personas prácticamente dio la vuelta a la Plaza de Mayo, esperando por su ración. Los medios filmaron todo e hicieron las notas. Los productores tuvieron la prensa que necesitaban para contra sus desventuras.
Desde el gobierno hicieron varios intentos por desactivar la protesta que les darÃa tan mala prensa. Y es que la postal realmente resulta dura y muestra a dos economÃas regionales estratégicas a las que Cambiemos les estaba soltando la mano pese a todas las promesas en contrario que se hicieron en la campaña electoral de 2015. También muestra a pequeños productores o que se ven obligados a dejar sus chacras o directamente no cosechan sus frutales para no perder más plata.
Los recursos del Gobierno han sido hasta aquà bastante ruines para abordar el problema, que es cierto e incluso ha sido admitido por los funcionarios. La mayorÃa de los productores de estas frutas no sintió el impacto favorable de la devaluación en sus precios y sigue trabajando pro debajo de sus costos promedio. En peras y manzanas se agan de 5 a 6 pesos por kilo cuando el costo calculado por el INTA llega a 10,40 pesos por kilo. En naranjas y mandarinas, los gringos cobran 3 pesos por kilo, cuando sus costos llegan a 5 pesos. Trabajar es perder plata. El peor escenario.
Los directivos de la Federación del Citrus de Entre RÃos y de la Federación de Productores de RÃo Negro y Neuquén habÃan venido a Buenos Aires la semana pasada, a participar de una reunión con el ministro Dante Sica, de la que éste finalmente no participó porque estaba confeccionando el paquete de medidas que anunciará con Nicolás Dujovne y Carolina Stanley unas horas más tarde. En ese encuentro en Producción, lejos de ofrecer algo para que levantaran esta protesta, los funcionarios de segunda lÃnea les comunicaron a los productores que su principal reclamo -una rebaja de las retenciones- no dependÃa de ellos sino del Palacio de Hacienda.
El reclamo central de los productores de fruta pasa justamente por revertir el esquema de retenciones vigentes desde septiembre de 2018, a instancias del acuerdo con el FMI, justamente porque ahà radica la causa principal -no la única- de su crisis. Por decisiónde Dujovne, a las frutas exportadas les quitan 4 pesos por dólar (o el equivalente a un 12% del valor FOB), pero este descuento impacta de mucho peor manera sobre el precios de la fruta. ¿Por qué? Porque el valor FOB incluye el costo del frÃo, de la caja, del papel, de la mano de obra del empaque, y de todo un proceso para dejar la fruta lista, pipà cucú, para los mercados del exterior. Pero todos esos costos no se pueden descargar de otro lugar que no se ala fruta.
Es decir que los empaques terminan haciendo enormes descuentos a los productores independientes, que colocan el nivel real de las retenciones muy por encima del 30% del valor de la materia prima fruta. AsÃ, sucede finalmente que las peras, las manzanas, las naranjas y las mandarinas terminan tributando más que la soja, que sale a granel.
Frente a esta situación evidente, en el Poder Ejecutivo hubo sectores (especialmente en Agroindustria) que primero intentaron convencer a Dujovne de reducir la alicuota de 4 a 3 pesos por dolar para todos los complejos frutÃcolas, lo que aliviarÃa algo la ecuación. Pero el ministro de Hacienda y garante del acuerdo con el Fondo consideró que esa serÃa una mala señal para el resto de los sectores, y por ello el decreto de rebaja quedó redactado pero sin firmar. Todo quedó como estaba.
En el reciente paquete de medidas lanzado la semana pasada, el Gobierno sacó un As de la manga y anunció una nueva fórmula para aliviar el impacto de las retenciones sobre ciertas economÃas regionales y las empresas mas chicas: el impuesto a la exportacións e eliminarÃa directamente en el caso de que las Pymes lograran incrementar sus envÃos al exterior este año respecto de 2018. Es decir, ya no se pagarÃan ni 3 ni 4 pesos por el porcentaje de incremento en las ventas.
Esa medida, en realidad, no es hasta ahora más que un lindo tÃtulo para la prensa: “Se eliminarán las retenciones para las Pymesâ€. Cuando se consulta a los organismos que deberÃan implementarla, contestan que todavÃa no tienen los detalles porque está bajo análisis su reglamentación. En realidad, se trata de un “chino†muy difÃcil de hablar, porque deberÃa implementarse un mecanismo de devolución de retenciones o algo por el estilo. Además, según fuentes empresarias, las Pymes que exportan representan apenas menos del 2% del total de las exportaciones de alimentos.
Pero el anuncio le sirve al Gobierno para ganar tiempo frente a un reclamo genuino de las economÃas regionales, muchas de las cuales se quejan de no poder exportar con este nivel de retenciones.
Como hacÃa con frecuencia el gobierno anterior, los funcionarios de Cambiemos eligieron el peor camino frente a una demanda concreta y comprobable: comenzaron a maquillar la realidad con anuncios de medidas que luego son muy enrevesadas y hasta imposibles de aplicar.
Por eso el resumen del Frutazo en Plaza de Mayo va sencillito y al pie: mientras los productores regalaban fruta en señal de protesta, los funcionarios comenzaron a “mandar fruta†como evidencia de su impotencia.

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