El cancionero federal/Por Jorge Castañeda
Una vertiente muy importante del cancionero popular argentino se dio en la época de la Federación.
Una vertiente muy importante del cancionero popular argentino se dio en la época de la Federación, glosado por payadores, gauchos y por el pueblo mismo que generalmente habitaba en los rancherÃos, con el rasgueo de aquellas guitarras adornadas con cintas rojo punzó acompañando cielitos, pericones y gatos.
Anterior a la batalla de Caseros se rescatan estos versos laudatorios al Restaurador de las Leyes:
“Ahà va esa rosa
Ahà va esa flor,
La manda el gran Rosas
Para el vencedorâ€.
En la misma residencia de Santos Lugares no era raro escuchar a sus partidarios entonando coplas como ésta y que aluden a la conjura de Urquiza:
“Triunfará de Rosas
La negra traición,
Cuando la naranja
Se vuelva limónâ€.
O si no, esta otra ya más osada y polÃtica:
“Por la callejuela
Por el callejón,
Que a Urquiza compraron
Por un patacónâ€.
Los morenos, generalmente partidarios de Rosas, también supieron dejar sus canciones de aire popular y destaco estas coplas porque tienen la curiosidad de haber sido compuestas y por supuesto, cantadas por una mujer:
“Yo me llamo Juana Peña
Y tengo por vanidad
Que sepan todas que soy
Negrita bien federal.
Yo, por desgracia, no tengo
Hijos, padre ni marido
A quien poderles decir
Que sigan este partido.
Pero tengo a mis paisanos,
Los Negritos Defensores,
Que escuchan con cuidado
Estas fundadas razones.
El caudillo entrerriano también tuvo sus rapsodas que cantaron en demasÃa sus virtudes, por ejemplo el autor de nuestro Himno Nacional, Vicente López y Planes, que incluso le dedicara una famosa loa rayana en el ditirambo de ciento treinta y dos versos y que evoca una cuarteta publicada por la Gaceta Mercantil:
“Tu fama es superior a los ultrajes
Tu fuerza es popular y poderosa,
Y siempre nuestra historia
Tributará recuerdo a tu memoriaâ€.
Más modestos los trovadores unitarios le dedicaban a su caudillo este triunfo:
“La bandera de sangre
Triste divisa
Se deshizo en Caseros
¡Qué viva Urquiza!â€
Cuando las tropas del vencedor de Juan Manuel de Rosas tomaron la calle del Empedrado bajo una lluvia de flores, los arcos triunfales levantados en su honor tenÃan las siguientes expresiones poéticas:
“Ya tocaron la diana
Urquiza se lo mandó,
Abrà los ojos diosa
Que la Patria renacióâ€.
Asà de entusiastas los partidarios del caudillo entrerriano en el café de Marcos supieron las glorias de don Justo José:
“La más bella corona de gloria
El más verde laurel de guerrero,
Se ha ceñido el magnánimo Urquiza
En los altos de Monte Caserosâ€.
Imposible dejar de mencionar a José Mármol, otro poeta culto que acuñó unos famosos versos proféticos que se frustraron con la repatriación de los restos de Rosas y que supo también escribir dirigiéndose a Don Juan Manuel:
“Muestra a mis ojos espantosa muerte
Mis miembros todos en cadenas pon,
¡Bárbaro! Nunca mataras el alma
Ni pondrás grillos a mi mente, noâ€
Sin embargo pasados varios años de la caÃda de Rosas muchos trovadores de la ciudad y del campo lo recordaban con coplas como éstas:
“Cielito diga que sÃ
Cielito de la igualdad,
¡Viva Juan Manuel de Rosas!
¡Y viva la libertad!
Nada mejor para finalizar esta breve reseña del cancionero federal que una verdadera joya poética del paÃs del interior en la que se llora la muerte del gran caudillo don Juan Felipe Ybarra:
“Oh, don Juan Manuel de Rosas
Llora a tu amigo leal.
Ha muerto don Juan Felipe
Y el Santiago Federalâ€.
                                                
                        
                                                
                                                
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