Pequeñas apostillas sobre Manuel Belgrano/Por Jorge Castañeda
El escritor de Valcheta reflexiona sobre Manuel Belgrano, revelando información que generalmente se ignora o no se conoce.
El dÃa 3 de
Junio de 1770 nace en la casa materna (hoy corresponde al número 530 de la
avenida que lleva su nombre) un niño portador de un largo onomástico que serÃa
célebre en nuestra historia. Fue llamado: Manuel José JoaquÃn del Corazón Jesús
Belgrano.
SOBRE LOS COLORES DE LA BANDERA
Para aclarar que el General Manuel Belgrano no se inspiró en los colores del cielo para crear la bandera como lo enseñaban los manuales de historia argentina conviene citar sus propias palabras: “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme los colores de la escarapela nacionalâ€. Y esta fue tomada de la cucarda del cuerpo de Patricios, que fue inspirada por la enseña de los borbones, tomada a su vez por los colores del manto y el vestido de la Virgen.
COMO ERA EL PRÓCER
Según José Celedonio BalbÃn: “Belgrano era de regular estatura, pelo rubio, cara y nariz fina, color muy blanco, algo rosado, sin barba, tenÃa una fÃstula bajo un ojo que no lo desfiguraba porque era casi imperceptible; su cara era más bien de alemán que de porteño. No se le podÃa acompañar por la calle porque su andar era casi corriendo, no dormÃa más de tres o cuatro horas, montando a caballo a medianoche, que salÃa de ronda a observar el ejércitoâ€.
SOBRE SU HONRADEZ
“El general era muy honrado, desinteresado, recto, perseguÃa el juego y el robo en su ejército, no permitÃa que se le robase un solo peso al Estado, ni que se vendiese más caro que a los otros. Como yo le habÃa hecho a él algunos servicios, y muy continuos al ejército, sin interés alguno, cuando necesitaba paños, lencerÃa o alguna otra cosa para el ejército, me llamaba y me decÃa: “Amigo BalbÃn, necesito tal cantidad de efectos, tráigame las muestras y el último precio, en la inteligencia de que, a igual precio e igual calidad usted es el preferido de todos, pero a igual calidad y un centavo menos, cualquier otroâ€.
ANTE EL OTORGAMIENTO DE UN PREMIO
Cuando la Asamblea Constituyente votó a su favor un premio de 40.000 pesos en fincas del Estado, enterado de esa decisión Belgrano le responde: “He creÃdo propio de mi honor y de los deseos que me inflaman por la prosperidad de mi Patria destinar los expresados 40.000 pesos para la dotación de 4 escuelas públicas de primeras letras en que se enseñe a leer y escribir la aritmética, la doctrina cristina, los primeros rudimentos de los derechos del hombre en sociedadâ€.
ESTABA ABATIDO POR LOS PADECIMIENTOS DE LA PATRIA
“No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocà a los hombres nombrados por el Rey para la Junta, quienes lejos de cumplir con la misión encomendada de propender a la felicidad de las provincias del virreinato de Buenos Aires, era todos comerciante4sw españoles, exceptuando uno que otro, nada sabÃan más que su comercio monopolista a saber comprar por cuatro para vender por ochoâ€. Igual que ahora.
MURIÓ EN LA POBREZA Y EL OLVIDO
“Su tumba tendrÃa una sencilla lápida hecha con el mármol de una cómoda de su hermano. Sin dinero, le pidió a su médico, el Dr. Redhead, que aceptara su reloj de bolsillo, pues no tenÃa nada con qué pagarle. Sólo un periódico darÃa la noticia del fallecimiento, el “Despertador Teo Filantrópico del Padre Francisco de Paula Castañeda.
SE LE ESCUCHÓ DECIR
Sobre el final se le escucho decir: “Pensaba en la eternidad donde voy y en la tierra querida que dejo. Espero que los buenos ciudadanos trabajarán para remediar sus desgraciasâ€. Sus últimas palabras fueron: “Ay, Patria mÃaâ€.
HASTA SE QUISIERON ROBAR PARTE DE SUS HUESOS
“Como al pasar, -escribe el doctor Omar López Mato- el doctor Estanislao Zeballos, canciller en ese entonces, tomó algunos de los huesos de la mano y se los extendió al general Richieri. Se miraron y como distraÃdos, se los llevaron al bolsillo de sus sobretodosâ€.
PARA IMITAR
“Trabajemos con empeño y tesón que, si las generaciones presentes no son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria que es la recompensa que deben esperar los patriotas. General Manuel Belgrano.

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