El candidato a gobernador de Unidad Popular, Rafael Zamaro, dijo que encontró en su partido, que conduce el dirigente sindical Rodolfo Aguiar, “a gente con una sincera vocación política”, mientras que por contraste vio “una crisis de otras fuerzas que hasta han debido resignar candidaturas, en el caso concreto de la gobernación, por su propio deshilachamiento, y eso nos dio la impresión que mucha gente que se ha quedado sin saber dónde mirar, para dónde rumbear”. Enfatizó que Unidad Popular tiene “valores progresistas, democráticos, es latinoamericanista, y quiere brindar una alternativa; que esta gente que está desorientada pueda ver a quién mirar, en quién referenciarse”.

Hay que recordar que Unidad Popular hizo un acuerdo provincial con el Partido Socialista (PS) y acuerdos con distintos espacios y referentes en algunas localidades. En Viedma ya comunicó que por un acuerdo de adhesión respaldará la candidatura a intendente de Mario Sabbatella del PAR.

Sobre qué modelo provincial pretende, dijo que “a nivel macro una reorganización política de manera de que la gente vuelva a sentirse mínimamente relacionada con su dirigencia, recomponer el tejido político y social, y dentro de eso a mí me interesa trabajar por una provincia integrada, porque una provincia atomizada en comunidades, comarcas, en ciudades, no puede plantarse a la par de otras provincias  frente al poder central en temas importantes como la coparticipación”.

Agregó como prioridad “trabajo para la gente, superar la primarización, especialmente a la gente joven, que no se vea compelida a irse de la provincia porque no hay horizonte, y nosotros apostamos a hacerlo”. “El trabajo que hay que generar es plural, sea privado, estatal, aunque no necesariamente estatal, sí donde haga falta como puede ser salud y educación, pero cuando hablo de superar la primarización hablo de trabajo privado”, aseveró.

Zamaro señaló en declaraciones a FM De La Costa sobre su vida personal y su trayectoria que “estuve viviendo en Viedma hace bastante tiempo, había llegado en 1985, cuando estaba por ordenarme de sacerdote y quería compartir el camino pastoral de Miguel Esteban Hesayne, estuve en el barrio Lavalle y me formé mucho como persona y sacerdote, y a mitad de 1989 me trasladaron al Alto Valle, a Ingeniero Huergo”.

Agregó que dejó los hábitos en 1992 por la normativa vigente que impide a los sacerdotes casarse, optando por formar su familia ahí en Huergo, “y hace 30 años que vivo acá con mi pareja, tenemos cuatro hijos y un nieto, estamos muy felices”. Mencionó que él hubiera querido las dos cosas, seguir siendo sacerdote y poder casarse, pero había que optar, estimando que alguna vez la iglesia va a cambiar esta “rémora del pasado” que impide a los curas formar una familia. Indicó que: “Nadie entiende por qué un sacerdote no puede tener un trabajo, una casa, una familia”.

Informó que después de dejar la iglesia, en ese contexto de los 90 donde casi no había trabajo, tuvo varias ocupaciones “desde pintar casas, trabajar en una empresa de sepelio hasta dar clases en una escuela primaria como idóneo, hasta que en 1996 ingresé en el Consejo Provincial de Educación como administrativo”.

Respecto a su ingreso a la política, explicó que “siempre me interesó tener una mirada social, cultural y política, estoy atento a todo esto, y entre 1999 y el 2019 tenía también un comercio en la localidad  que por la situación generada a partir del 2015 con Macri como presidente tuve que cerrar y eso me permitió tener tiempo libre en muchas más horas de las que disponía y me ayudó a pensar mi participación en la política”.

Expresó seguidamente que “cuando se presentó la oportunidad y gracias a la amable invitación de Unidad Popular tomé la decisión de enrolarme en este movimiento, en esta movida, integrar este espacio y ofrecer lo que se pueda en pos del bien de la gente, ni más ni menos que eso”.