Cuento del escritor viedmense Claudio GarcÃa en la audioteca del Programa de Cultura del Consejo Federal de Inversiones (CFI)
Un cuento del periodista y escritor viedmense Claudio GarcÃa fue seleccionado para integrar la audioteca del Programa de Cultura del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Un cuento del periodista y escritor viedmense Claudio GarcÃa fue seleccionado para integrar la audioteca del Programa de Cultura del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Se trata de una
herramienta a disposición de las familias en general pero en particular de los docentes
para acercar la producción literaria del paÃs a alumnos de las distintas
escuelas, especialmente de la franja etaria del Nivel Medio. El cuento elegido
es "El secreto de las cebras" (que integra el libro de relatos del
autor de la capital rionegrina “Método Morello para no separarseâ€). La narración
del relato la realiza Leandro Gaviño, escritor también y gestor cultura de la
comarca Viedma - Carmen de Patagones.
El cuento trata sobre una persona que viaja a Ãfrica para estudiar y fotografiar a las cebras y descubre que estos animales tienen un secreto: practican un curioso arte. Para acceder al audiocuento y la guÃa con actividades para realizar en familia se puede acceder al link de Mediateca de la página web https://cultura.cfi.org.ar/Mediateca o directamente a https://cultura.cfi.org.ar/Contenido/Nota/586?Audioteca-Federal.-Provincia-de-R%C3%ADo-Negro.-%22El-secreto-de-las-cebras%22
Sobre el autor
Claudio GarcÃa es escritor y periodista radicado en Viedma, Provincia de RÃo Negro. Ha publicado los libros "Versos de Primera Intención" (EUDEBA- Fondo Editorial Rionegrino, FER, 1987), "Un Corsario con sus Piernas Quebradas" (1995) y "Poemas un tanto amigos de una seguidilla de dÃas de lluvia e insomnio- ¿Dónde pueden estar mis viejos zapatos?, Mariela y otros poemas" (1995). Una selección de poemas integra la AntologÃa Faro Encendido (Buenos Aires.J.L. Silver 1997). Un cuento integra la antologÃa de escritores de RÃo Negro "De jinetes y soledades", editada por la Biblioteca Nacional, Colección de AntologÃas Literarias de las Provincias, 1998. El libro de cuentos “La visita del psicólogo y otros cuentos†obtuvo la primera mención en el XXI Encuentro Patagónico de Escritores (Puerto Madryn, 1999), con un jurado integrado por Héctor Tizón, Diego Angelino y Liliana Hecker. Un cuento, "La cruxificción de Nietsche" integra la antologÃa Dos Certámenes Nacionales 1999-2000 editada por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) sede RÃo Cuarto y Municipalidad de General Cabrera, Provincia de Córdoba. El cuento “La lengua de Kafka†integra el libro “Los rostros y las tramas", editado por la editorial Dunken (2006). Fue incluÃdo también en la AntologÃa de PoesÃa de RÃo Negro, Consulta y Comentada, que se editó a través del FER durante 2007. En 2009 publicó su libro “El guardiacárcel guevarista y otros cuentosâ€, por Ediciones El Camarote. En 2013, a través de “Vela al Viento Ediciones Patagónicasâ€, el escritor sacó a luz su segundo libro de relatos “Método Morello para no separarseâ€, obra a la que pertenece el cuento “El secreto de las cebras". En 2016 el FER le editó su novela corta “Mensajeroâ€, ganadora del concurso de la editorial provincial de ese año en ese género.
Sobre el narrador
Maragato por adopción, Leandro Gaviño reside en la Comarca Viedma - Carmen de Patagones. Apasionado rapsoda, desde hace muchos años, interpreta poesÃa y textos de variados autores, poniéndole voz y cuerpo, montando recitales en salas y diversos espacios de Argentina junto a destacados artistas. Es autor de “Donde hubo fuego palabras queman…†y “Con sabor a tu nombreâ€, ambas ediciones de autor. Recientemente publicó “Resumen de este Vendaval Cotidiano†– poemas– con ilustraciones del reconocido dibujante Juan Chavetta, creador de Puro Pelo. Autodidacta de vocación, es reconocido como gestor y productor cultural. Un panorama de su desempeño puede encontrarse ligado a la Asociación Cultural No todo es vigilia; en Facebook: Cultura no todo es vigilia. Ha producido más de 150 conciertos y eventos en los últimos 15 años de manera ininterrumpida, entre los que se destacan: Juan Quintero y Luna Monti, Acá Seca TrÃo, Ana Paula Da Silva, Cecilia Zabala, Juanjo Dominguez, Alberto D´alessandro, Flor Bobadilla Oliva, Sexteto de Tango Derrape, TrÃo de Tango El TranvÃa Tango, Cuesta Arriba Tango, Aureliano Tango Club, Joel Tortul, Orquesta Filarmónica de RÃo Negro, Dúo Faggiano, Willy Gonzalez y Micaela Vita, al comediante Radagast, Circo de Clown La Pipetúa, CompañÃa de Circo Mano a Mano, entre muchos otros destacados artistas. Estuvo a cargo del área de Patrimonio cultural de la Municipalidad de Carmen de Patagones (2008-2012), trabajó como Coordinador del Plan Provincial de Lectura de RÃo Negro ( 2015-2016), trabajó como responsable del área de Expresión Literaria de la SecretarÃa de Cultura de RÃo Negro (2017-2018).
Cuento: El secreto de las cebras
De los animales de la sabana africana la cebra es el más rayado, no por lo evidente de las rayas de su piel, sino porque es dueño de una locura no conocida en otra especie del reino animal.
Debo ser el único humano que ha podido descubrir ese aspecto de su personalidad.
HabÃa viajado al Ãfrica para estudiar y fotografiar distintos animales, y un dÃa me topé con toda una tropilla de cebras.
Aunque sabÃa que estos animales son medio ariscos, me acerqué lentamente, con paciencia.
Los primeros dÃas ocurrió que a medida que me acercaba, ellos se alejaban, pero a la semana dejaron que me integrara, convencidos quizá que no cejarÃa en mi empeño.
Pasé largas horas contemplando el porte del animal y su maravillosa piel rayada.
No sé por qué me atrajo tanto la cebra, pero por largos dÃas continué haciendo lo mismo sin que me terminara aburriendo.
Quizá porque se acostumbraron a mi presencia, finalmente terminaron mostrando un aspecto de su conducta que no es conocido por el común de los hombres.
De pronto algunas cebras se separaron de otras, se echaron de costado sobre la tierra y se acomodaron en grupos, cuerpo contra cuerpo, de manera que las rayas de unas y de otras se combinaron tomando una forma distinguible. Esto sólo se veÃa, obviamente, de arriba. Algunas cebras siempre quedaban como de jurados, sueltas, y se acercaban a cada uno de los grupos para observar qué habÃan creado.
¡Vaya a saber uno si no habÃa algún tipo de premio para los grupos más exitosos! Eso nunca pude descifrarlo.
Subido a un árbol, distinguà durante varios meses de observación innumerables formas: paisajes de la sabana donde las cebras vivÃan, horizontes con lunas o soles; animales tales como el león y el camello; algunas creaciones del hombre, como chozas y pirámides, y otras cosas que, en forma misteriosa, vaya uno a saber cómo se enteraron las cebras de su existencia: un bote a vela, un paraguas, una cruz y un serrucho.
Vi muchas más figuras, algunas de ellas imposibles de descifrar.
Esta locura de las cebras denotaba una inteligencia superior a la de otros animales, ya que no sólo se trataba de un juego. Era un juego creativo. Un arte. Y un arte efÃmero, ya que no quedaban registros de las figuras y formas que las cebras creaban con la combinación de las rayas blancas y negras de sus cuerpos.
Por supuesto que intenté filmar o fotografiar mi asombroso descubrimiento. Pero las cebras no lo permitieron. Cada vez que aferraba una filmadora o una máquina fotográfica, las cebras se comportaban como usualmente se cree se comportan las cebras, pero nada más.
Nunca pude engañarlas en este sentido.
Fue una muestra más de su inteligencia.
Como que ya era bastante que me permitieran descubrir su secreto. Aparentemente su único secreto, porque no pude descubrir otra locura o rareza más que ese juego de formas y figuras que inventaban en grupos.
Bueno... HabÃa uno más, que se correspondÃa con la peculiaridad que he contado. Le escapan a la lluvia.
Cuando apenas el cielo amenaza con un temporal, las cebras buscan, desesperadas, refugio; casi siempre bajo frondosos árboles.
Es verdad que algunos animales se comportan también de esta manera, pero, fruto de mi observación, podrÃa asegurar que las cebras le escapan a la lluvia porque temen que les borre las rayas de la piel.
Que el agua las convierta en vulgares caballos.
Y lo peor.
Que ya no puedan repetir la locura de su juego. La creación de formas y figuras.
Esa secreta muestra de inteligencia que los coloca por arriba de otros animales, y, quizá, de tantos hombres.

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